Sin duda nos preguntamos qué es lo que hace la diferencia entre una situación exitosa y de un fracaso, quizás nos detenemos a pensar que en la mayoría de las veces es por culpa de los demás.
Se comparten algunas de las situaciones que Gladwell en uno de sus libros hace mención respecto a lo que sucede en los accidentes de aviación, con el fin de reflexionar si en verdad el éxito o fracaso deriva de un solo elemento.
Situación 1:
Los accidentes de aviación rara vez se producen en la vida real de la misma manera que en las películas. Las distintas partes del motor no explotan con un violento estallido. El timón de dirección no se rompe por la fuerza del despegue. El capitán no prefiere un “¡Dios mío!” al ser arrojado contra su asiento. El típico avión a reacción comercial comercial-que se encuentra en una fase de desarrollo-es tan fiable como una tostadora. Es mucho más probable que los accidentes de avión sean el resultado de una acumulación de pequeñas disfunciones y de anomalías en apariencias triviales. El piloto llevaba doce horas despierto o más, lo cual significa que está cansado y no piensa con claridad, era la primera vez que los pilotos volaban juntos eso quiere decir que no se sienten cómodos el uno con el otro, y comienzan los errores. Un típico accidente comprende siete errores humanos consecutivos. Si uno de los pilotos hace algo mal por sí mismo no es un problema, luego otro comete otro error que, combinado con el primero, todavía no se supone una catástrofe. Pero después cometen un tercer error y luego otro y luego otro, y la combinación de todos esos errores es lo que conduce al desastre.
Rara vez los errores son por falta de conocimiento o de destreza en el vuelo, la clase de los errores que causan accidentes de avión suelen ser invariablemente de trabajo en equipo y comunicación.
El diseño de la cabina de mando está pensado para que lo dirijan dos personas, y esa función funciona mejor si una de las personas revísalo que hace la otra, o si ambas están dispuestas a participar.
No es algo secreto que el trabajo en equipo y la comunicación son elementos que, en tu empresa, negocio o trabajo, si no se ejecutan adecuadamente puede derivar en un accidente. Por lo que no siempre el resultado puede ser producto de un error único, posiblemente este último, fue el detonante, pero seguro que existen errores pequeños que se han cometido y que se han dejado pasar.
Situación 2:
Piloteaban un 707, un aeroplano más antiguo y un mayor reto para pilotear. Requiere mucho trabajo. Los mandos de vuelo no son propulsados hidráulicamente. Están conectados a las superficies metálicas del aeroplano mediante una serie de Hay que ser bastante fuerte para piloteare poleas y tiradores de cable. Hay que ser bastante fuerte para pilotear ese avión, y hacer un gran esfuerzo para elevarlo hacia el cielo. El esfuerzo físico es similar al de remar en un bote. El piloto automático no funcionaba. Por lo tanto, el capitán tuvo que seguir mirando los ocho instrumentos, cada uno del tamaño de una taza de café, mientras con su mano derecha controlaba la velocidad con la izquierda piloteaba el avión. Estaba agotado y no le quedaban recursos para intentar nada más.
Te suena parecido está situación, cuantas veces nos quedamos trabajando largas horas sin descansar, pretendemos pensar que si nos matamos en sacar en ese momento las cosas obtendremos mejores resultados, eso es lo que pasa cuando estás cansado. La capacidad para tomar decisiones se desgasta, se te empiezan a pasar cosas por alto, cosas que verías cualquier día.
Pensemos que lo que tenemos en nuestras manos es la responsabilidad de muchas personas, ya que no se necesita ser un capitán de un avión para tener esa conciencia de que una persona al mando debe estar al cien por ciento, físicamente, mentalmente, por lo que es mejor tomarse unos minutos si sientes que simplemente las ideas no fluyen.
Situación 3:
La mitigación explica una de las grandes anomalías de los accidentes de avión. En las líneas aéreas comerciales, los capitanes y los copilotos se reparten las tareas a partes iguales. Pero históricamente ha sido mucho más probable que ocurra un accidente cuando el capitán está en “el asiento del piloto” Puede parecer que eso no tiene sentido, ya que el capitán es casi siempre el piloto con más experiencia. Pero pensando en los accidentes de Florida Air Si el copiloto hubiera sido el capitán, ¿habría hecho tres insinuaciones o indirectas? No, habría dado órdenes, y el avión no se habría estrellado.
Todas las compañías importantes tienen lo que llaman cursos de “gestión de recursos de la tripulación” pensados para enseñar a los miembros más jóvenes de la tripulación a comunicarse con claridad y asertividad. Por ejemplo en muchas compañías enseñan procedimientos estandarizados para que los copilotos aprendan a desafiar al piloto si piensan que algo ha ido terriblemente mal.
Por ejemplo: “Capitán, estoy preocupado por…”. Después: “Capitán, no estoy conforme con…”. Y si el capitán todavía no reacciona: “Capitán, creo que la situación no es segura”. Y si eso tampoco funciona, se le exige al copiloto que asuma el control del avión.
Según los expertos “un discurso mitigado” se refiere a cuando minimizamos o se quiere suavizar algo de lo que se dice. Sucede cuando somos corteses o cuando estamos siendo respetuosos con alguna autoridad. Sin embargo, en una situación de emergencia, supone un problema.
Aunque parezca fácil decirlo, no siempre se tiene las palabras y el temperamento correcto para hacer ver a un superior que la decisión no está siendo la adecuada, o que la situación es más grave de lo que supone.
Cuando inicies tu negocio, recuerda siempre que no siempre tendrás la razón, que existirán situaciones que quien las opera será el experto y deberás aprender a escuchar, también es válido no ser siempre unos maestros en todo.